Al asalto de la alcaldía
En la medida que se consolida la precandidatura panista del empresario Isidro López Villarreal, surgen nuevos análisis sobre la conflictiva situación en que se encuentra el proceso para renovar la alcaldía saltillense.
A la fecha, hay quienes aseguran que Isidro López en unos días será el candidato del PAN, siempre y cuando “no se raje”, pero como “los López no la brincan sin huarache”, algunos insisten en la posibilidad de que la victoria electoral del panista haya sido negociada cupularmente.
Y el asunto cobra seriedad cuando se profundiza el caso. Para empezar se dice, que tanto Jericó Abramo como Fernando de las Fuentes no son santos de la devoción de Rubén Moreira, porque sabe que se convertirán en un problema antes que lleguen los tiempos de la sucesión gubernamental, ya que los dos quieren la gubernatura y cada uno ha mantenido con dádivas una estructura electorera.
Por otro lado, por alguna razón desconocida, Jericó y Fernando no sólo son competidores sino enemigos. Debido a ello, Abramo Masso no ha cesado de lanzar críticas públicas y expresiones duras en privado en contra de De las Fuentes Hernández. Por eso no hay duda que si Isidro es el candidato del PAN y Fernando el abanderado del PRI, Jericó apoyará al panista para hacer fracasar a su enemigo, aunque le lleve la contra al PRI.
Finalmente a Jericó le conviene que gane Isidro, pues éste no denunciará las anomalías de la “administración” de Abramo. Por el contrario, si Fernando es el próximo alcalde, no hay duda que sacará a la luz pública todas las corruptelas de Jericó, para eliminarlo como competidor.
Ante esta situación se cree que si Isidro decide ser el candidato del PAN, es muy factible que se haya negociado para que el panista salga triunfante en las elecciones de julio próximo. Esta negociación sería la tercera que los gobernantes hacen con los López, para que llegue a la alcaldía de Saltillo uno de su familia. Con esta negociación, se anularía a Jericó y a Fernando. Aunque desde ahora se sabe, que en la sucesión gubernamental, Jericó buscará un partido que alquile sus siglas para contender por la gubernatura de Coahuila.
Aprovechando la coyuntura, Fausto Destenave ya manifestó que también quiere competir en la selección interna del PRI, con la bandera de “los mismos ya no”. Para muchos Fausto representa al esquirol.
De todos modos, sea cual fuere el resultado, los perdedores serán los saltillenses, pues quien gane será un pésimo alcalde. Fernando de las Fuentes ya demostró sus malas mañas como Alcalde; e Isidro López tiene en contra los malos antecedentes de sus parientes ex alcaldes. Su tío Rosendo fue un alcalde sumamente corrupto, y su hermano Manuel fue un presidente municipal bastante incapaz. Como sus parientes, Isidro insiste en que el ayuntamiento debe manejarse como una empresa. ¿Sabrá lo que está diciendo o se lo dijo su tío Rosendo a quien responsabilizan de haberlo encuerdado? Del resto de los candidatos ni qué hablar. Todos están para llorar.
Lo cierto es que los herederos del GIS algo quieren. Rosendo se metió a la política para resolver su problema económico; Manuel se disfrazó de político para controlar el agua del municipio, pero Isidro qué quiere, porque nadie le cree su repentino amor por Saltillo y los saltillenses...
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